No puedo olvidar tu sonrisa,
ni tus ojos,
ni tus labios,
tampoco tus ganas de amarme
como si fuera
la única piedra preciosa
de este mundo
sin cordura.
No puedo,
ni jamás podré,
pero gracias
por tratarme como
una auténtica
princesa de cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lo que expreses será bien recibido.