A medida que te haces mayor tienes una serie de obligaciones cada vez más indeseables.
Si ser mayor consiste en pasarte la vida enfadado, siendo un ahorrador incontrolable, con mucho trabajo y poca diversión, muchas cosas en la cabeza y sobre todo, mandar a los menores que tú, para que hagan cosas que ni siquiera a ti te gustan, pues entonces, no quiero hacerme mayor.
Como la historia de Peter Pan. ¡Ojalá pudiese viajar al País de Nunca Jamás!, al menos hoy…