-Yo creo,
sinceramente, que soy gafe. No tengo ni una pizca de suerte.
-¿Tu crees?
-Sí, nunca me
pasa nada bueno. Si hay una piedra en el camino, me tropezaré con ella y me
caeré. Si entre varias latas de refresco una de ellas se ha movido, seguro que me
toca a mí, y cuando la abra, me mancharé entera. El mundo esta en mi contra…
-Tal vez no sea
eso, tal vez no sea mala suerte, puede que sea suerte. Suerte de haberte
tropezado y que ese chico guapo que vio como te caías te ayudase a levantarte y
ahora habléis todos los días, incluso algún día podáis llegar a tener algo. O que
tengas la suerte de que te toque el refresco removido, y cuando se te caiga por
encima alguien te deje ropa más bonita de la que llevabas y esa noche reluzcas más
que nunca. O como el otro día que no hiciste los deberes, y la profesora se dio
cuenta cuando pasó a revisarlos, así la próxima vez los tendrás hechos y habrás
aprendido a que debes hacerlos, que si dejas de esforzarte nadie te recompensará.
Eso no es mala
suerte, eso son lecciones de la vida para que llegues a lo mas alto.
Me encanta el blog! es muy mono:3
ResponderEliminarte sigo, pasate y sigueme si quieres. un besito
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