Lleva un mes sin verle, no quiere parecer desesperada, si ha hablado con el pero no es lo mismo que tenerle cerca y verle, le ve a lo lejos, sonríe deseosa de echarse a sus brazos, ha ensayado lo que hacer tantos días, primero le daría un abrazo elevándose por el aire como en las películas y después le daría el mas apasionado beso que fuese capaz de ofrecer.
Deja su móvil por donde ha estado hablando con su mejor amiga, espera que él siga tan enamorado como ella, no lo sabe solo confía.
Le saluda con la mano a lo lejos sonriendo mas que nunca, se acerca a él deseosa de un abrazo de sentirse protegida por sus brazos, y a los escasos centímetros de sus bocas sonrientes, se besan apasionadamente, mas que nunca, con los ojos absolutamente cerrados, centrándose en cada movimiento, en cada beso, abrazados, juntos, cerca. Nada les importa, están en su mundo, todo se vuelve borroso alrededor, no hay nadie mas.
Ninguno desea parar solo seguir así de juntos y enamorados, empiezan a parar se ven, se miran a los ojos, observan sus rostros...
-Te amo mi niña.
Ella sonríe
-Te he echado mucho de menos, me alegro de verte- y vuelve a besarle, el también a ella, besos cortos entre risas y sonrisas.
La coge de la mano, se la besa sonriendo y disfrutando de cada segundo. No necesitan mas solo el uno al otro, el es su Romeo, ella es su Julieta, son como Edward y Bella, como el príncipe y la princesa, como Bella y sus libros, Cenicienta y su zapato, Blancanieves y la manzana envenenada, su historia es como un cuento de hadas, que no tiene final.
Porque sabes que estas enamorad@ cuando sientes esas maripositas en el estomago mientras te besan.
