viernes, octubre 27

Agarrar oportunidades

Hace un poco más de un mes falleció una de mis tías. Fue tan repentino que me sorprendió muchísimo y aún me siento bastante rara. Aunque llevaba varias semanas de hospitales yo siempre pensé que se recuperaría. No fui a verla cuando pude porque nunca piensas que será la última vez de nada, siempre tienes presente que habrá una vez más. Tengo por costumbre no arrepentirme de nada y sin embargo, nunca me he arrepentido más en la vida. 
Esa misma noche tuve que decidir si lanzarme a la piscina con un trabajo o dejarlo atrás; y me lancé. Viví una de las mejores experiencias de mi vida y que además me ha hecho subir un nuevo escalón de madurez. 
Desde entonces he decidido apuntarme a todos los locos planes que surjan sin reprimirme por pereza o incertidumbre, porque en estos meses que me he dejado llevar por el impulso de hacerlo, soy mucho más feliz. No quiero que mi miedo a lo desconocido se convierta en el monstruo de mi armario. Soy feliz de verdad. De eso que ves algo bueno en todo y que no piensas continuamente que algo pueda salir mal. Feliz de dejar de preocuparme excesivamente por el resto cuando hay cosas que nunca podré controlar. Quiero pensar que teniendo una actitud abierta y optimista estoy consiguiendo que en la vida me surjan más oportunidades. 
A partir de ese suceso he decidido decir que sí a todo y luego ya arrepentirme si no es tan fantástico y maravilloso como me gustaría. Aunque he de decir que hasta ahora ninguna experiencia me ha parecido una pérdida de tiempo. Lo bueno atrae lo bueno porque tu propia actitud hace que nada te resulte una decepción. Sacar las cosas buenas de todo es la clave para ser un poquito más feliz. Si tienes ganas de vivir, seguirás viviendo, porque si no te apuntas a lo que surge, si no haces las cosas cuando vienen, puede que nunca lleguen más, que nunca tengas de nuevo esa oportunidad.