jueves, diciembre 1

Salvavidas Efímero

No os pasa qué hay gente a la que consideráis efímera. Gente que llega a vuestras vidas como un pequeño rayo de lucidez instantánea y después, en periodos de tiempo indeterminados, desaparecen aunque habiendo dejado una huella profunda en vosotros.

De hecho, es gente a la que difícilmente olvidas y tratas de retener con todas tus fuerzas, ya sea intentando hablar con ellos de ven en cuando o buscando coincidir por cualquier motivo. Para mi esa gente vale oro. 
Son como ese llanto que te entra cuando te ríes demasiado y en realidad, se te cae el mundo encima. Esa clase de personas que te cambia la vida pero sabes que no podrás volver a estar con ellos del mismo modo. No podréis volver a tener la misma clase de relación y no podrán volver a ayudarte del modo que hicieron una vez. Son gente que de infunda la felicidad que habías perdido en días -o periodos- de absoluta crisis. Salvavidas en la tormenta que te mantienen a flote para que termines tú mismo por seguir nadando. 

Son, volviendo al llanto, esa calma apaciguadora y liberadora después de haber expulsado todo el mar que te ahogaba dentro. 
Me parece absolutamente esencial tener en la vida encontronazos con esta clase de personas, que fortuitamente, aparecen en los peores momentos de la existencia de cada uno. 
Lo curioso es que, tanto unos como otros, somos personas efímeras para el resto. Puesto que del mismo modo que otros nos han ayudado y han creado ese vínculo mágico y fundamental aunque breve. Nosotros, lo hemos hecho para otros, que nos considerarán, del mismo modo, salvavidas efímeros.