martes, agosto 23

Sabelotodo

Cuando de pequeña te preguntan que quieres ser de mayor, siempre hay una profesión pasando por la mente de todo el mundo. Yo con unos 12 o 13 años pensé que de mayor quería saber mucho, quería ser de esas personas que siempre tiene una respuesta para cualquier pregunta, y lo mejor, una buena y absolutamente inesperada respuesta. Total, que me enfrasqué en la idea de que quería saberlo todo, quería comerme la sabiduría del mundo y digerir todo lo posible, y preguntarme mil cosas y buscar, encontrar y saborear todo lo que pudiera aprender. 
Yo de mayor quiero ser de esas personas en las que te quieres convertir cuando solo eres una niña. El principal problema es que me he dado cuenta que eso no puede ocurrir con 18 años, porque necesito toda mi vida para llevarlo a cabo. 

Pero creo que no me está yendo tan mal, he aprendido de filosofía; cuánto odio a Kant y lo mucho que me gustan las locas ideas de Nietzsche. He aprendido que jamás me acordaré de las capitales europeas pero que la mejor forma de aprenderlas es viajando directamente a ellas. También he aprendido, en estos años, que me gustan más los libros clásicos que los modernos, que Gabriel García Márquez es un pedazo de autor y que Javier Marías escribe como yo, pero en chico. He descubierto que soy de las del camino difícil, porque los ejercicios más fáciles de las matemáticas siempre me saldrán mal, pero que lo clavaré en los más difíciles. También me he empezado a interesar por el ultramundo de Internet y por cómo nos vigilan, ahora sé un poco más de marketing, publicidad y cómo nos informamos. Me he interesado por la política, por quién narices va a gobernarnos y he intentado que las palabras vacías de los políticos no me engañen. Ahora sé mucho más de economía, y aunque tenga miedo de ir al banco, es más importante de lo que creemos. He aprendido a que solo me acuerdo de las anécdotas más absurdas de la historia pero no la verdadera historia, y que jamás en la vida recodaré las fechas si no son de cumpleaños de gente a la que aprecio. Por otra parte, me ha atrapado el bilingüismo y hoy en día en mi casa, utilizo el inglés y el español casi simultáneamente, lo que, de hecho, me enriquece notablemente. También me he enamorado del cine, de ese sí que sé, y de forma autodidacta, que parece que hoy en día tiene más validez. 

No sé, creo que para tener menos de veinte años no me ha ido tan mal, y soy capaz de intervenir en la mayoría de las conversaciones que puedan surgirme. ¿Qué nunca podré saberlo todo? Si. ¿Qué seguiré aprendiendo hasta el final de mis días? También. 

sábado, agosto 20

Gafas rosas

Yo qué sé, mira, a veces la vida va bien, sobre ruedas, y te topas con casualidades de esas que parecen hechas aposta por el destino. Para personas como yo, que buscan y rebuscan por Internet, que tienen algún tipo de dislexia leve que hace que al buscar se confundan de palabra y acaben encontrando la propia serendipia, para personas como yo que asignan olores a las imágenes y a los colores, pues esta locura, frenesí y libertad de verano le sienta muy bien siempre que hagan algo que no las deje con el corazón en calma.
Porque no me canso de decir que ya dormiré cuando sea el fin de mis días, que andar despacio me mata la vida y que nada remplaza el chocolate. 
Y mira, yo qué sé, que de repente estoy viendo todo con las gafas rosas y parece que el mundo vuelve a ser bonito.