lunes, abril 27

Quiero una noche más

  Quiero levantarme después de haberme dejado la piel entre tus sábanas, despertarme y verte a mi lado, sonriendo, con la mirada más preciosa que haya en el mundo. Quiero despertarme y mirar esos ojos verdes en los que me ahogaría si fueran alcohol. Quiero vestirme con tus blancas sábanas y tener un día de cama contigo, hablando, acurrucándonos, haciendo el amor hasta el amanecer y llamando loca a la vida. 

  Quiero comerte a besos, agarrarte por la espalda y besar cada rincón de tus lunares, quiero otra noche romántica e inolvidable contigo, quiero sentirme tuya por una última vez, quiero adorarte y odiarte al mismo tiempo, porque joder que bien me haces sentir. Quiero que me desnudes el alma y me arranques la vida a pedazos por un instante. Quiero nuestras estúpidas conversaciones a altas horas de la noche, reírme de tus temblores al alba y amarte como si la vida nunca me hubiera quitado de tu lado. 
  
  Quiero volver a sentir esa sensación de subir al cielo, agarrar todas las estrellas y explotar en una danza imposible. Yo no sé que narices le hiciste a mi cabeza que no consigue olvidarte. 



jueves, abril 23

Días fugaces

A veces tengo días de esos de locura, llamémoslos, días fugaces, de esos en los que no pienso, solo actúo. Como las estrellas, rápidos pero intensos, llenos de energía. 

Entonces me viene a la cabeza la típica pregunta a la respuesta de que no soy normal, y entonces te dirán: ''¿Y qué es ser normal?''. Seré sincera, no lo sé. Y dudo que haya alguien capaz de conocer respuesta alguna. Pero me doy cuenta de que quizás los locos sean ustedes, y la cuerda, yo. 

Que estos días fugaces, sean mis momentos de plenitud, en los que más vale vivir con frenesí y locura, con adrenalina en vena, con llantos de sonrisas, locuras de lágrimas, esperanzas desbordando el Danubio. Con un par de narices para plantarse ante el mundo y decir: ''Hoy es mi día y me olvidaré de las obligaciones.''. 
Vivir muriendo, cantar gritando, porque jamás se siente mejor una canción. Chillar desde lo alto de un edificio las palabras más bonitas que se lleve el viento, viajar como si el dinero no moviese el mundo, por el simple placer de sentirse vivo (y en mi caso eufórica), en una nueva ciudad. 
Vivir bailando, saltando; nuestra mejor versión, porque qué bien sienta despojarse de las inseguridades y cómo de necesario es liberarse de vez en cuando. 

En estos días fugaces, una nube de emociones me llena y juro que lo siento en la boca de la garganta luchando por salir. Siento una explosión en la cabeza que me invita a bailar, saltar, reír, llorar, chillar, amar, para después caer rendida. 
Llamadme loca, no dudo de ello, pero creo que éstos, los días fugaces, son solamente una advertencia de mi propio cuerpo. Para que viva como debo vivir y sea un poquito más feliz. 

No sé, quizás me deje llevar por las palabras y las emociones, quizás sea mi tendencia a vivir todo con demasiados sentimientos y euforia, pero no miento cuando digo que juro sentirlo físicamente en mi interior. 
Estoy eufórica, ilógica, inconsciente y llena de locura, pero es mi mejor liberación. 



miércoles, abril 15

La Luna que acuna tu espalda

He vuelto a soñarte, 
tus labios
y tus ganas de devorarme, 
en cada rincón de la vida. 


  Te he soñado y lo he visto, he visto lo fuerte que soy ahora y que sería capaz de mandarte al diablo por cada una de mis lágrimas. No he contestado a tu pregunta, y soy incapaz de volver al ensueño, al idilio, pero te lo diré querido: tú lo tienes todo, todo lo que deseo, eres todo lo que quiero en la vida y que jamás podría dejar de soñar. Así que no, nuestra oportunidad se pasó y es tarde para perdonar. Nos vemos cuando la vida nos cruce, y entonces, prometo amarte como cuando la Luna acuna tu espalda y me regala esos ojos verdes cada mañana. 


viernes, abril 10

La perdiste y destrozaste

No la tortures más, estás jugando demasiado y una no está hecha de piedra. Sueña contigo cada noche y se lo cuenta a las estrellas. De su cama, acurrucada entre sollozos. 
Te seré sincera, su corazón es irreparable, se rompió completamente al caerse desde el quinto cielo, se lo destrozaste y arruinaste para el resto de la vida. 

Y lo tienes confundido, confundido y necesitado, necesitado de cariño y amor. Es que necesita volver a sentirse viva y se agarra a cualquier bote salvavidas, pero eso no es amor, y lo sabe. Pero le duele tanto que lo olvida y no es capaz de amar de nuevo porque las punzadas la matan. 

Puedes dormir otras camas, amanecer entre sábanas rasgadas y sudor en los ojos, pero nunca volverás a sentir por nadie esa necesidad de cuidarla como el mayor tesoro de un pirata o de hablar toda la tarde como los mejores amigos del universo y querer besarla hasta que el mundo os interrumpa.