jueves, julio 25

Roma.




Es como una sensación de morriña, de que las cosas no podrán pasar como en ese viaje, porque jamás habrá otro viaje como aquel, en el que nos encontramos a nosotros mismos, a nuestras necesidades como amigos, de pasar días enteros juntos, de pelarte como auténticos hermanos y aún así mantenerse inseparables. Juro que Roma me ha cambiado, porque al pasar solos seis días, sin distracción alguna que impida que nos comuniquemos entre nosotros y la posibilidad de caminar solos por toda una ciudad a nuestra suerte y nuestros conocimientos, cambia a la gente.

Y creo que todos lo necesitábamos. Un simple cambio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo que expreses será bien recibido.