domingo, junio 28

Stop and breathe

  Cuando creces te das cuenta de que todo empieza a coger cierta velocidad, que el tiempo pasa más deprisa cada día y que poco a poco, tienes menos tiempo para vivir y disfrutar. Miras el reloj y ya es un nuevo día. 

  Es entonces cuando empiezas a correr, haces todo deprisa y sin pausas, te olvidas de parar, relajarte y disfrutar porque crees que corriendo, aprovecharás más ese tiempo siempre en movimiento. Y las malas decisiones, las torpezas, las tormentas empiezan a dominarte porque tropiezas una y otra vez y nunca te paras para saber si estás en el camino correcto, tu solo sigues adelante esperando ver la felicidad en el fondo. Entonces caes de bruces, te paras y te da un buen golpe la realidad, te das cuenta de que los días pasan deprisa porque tú tienes miedo de no vivir, que las horas parecen no detenerse nunca porque todos los días sientes la necesidad de cuadricular tu futuro. 

  El naufragio nunca cesa, la marea te tambalea hacia todos los lados, tiras la moneda y siempre sale cruz. Pero la solución es fácil, como parece que todo es en esta vida y el problema es que no nos damos cuenta, porque nos vendamos los ojos ante la realidad, porque no queremos ver como crecemos o como hay cosas que no pueden ser, aunque lo intentemos una y otra vez. 
La solución es fácil. Para. Respira. Mira a tu alrededor, fíjate en el reloj, ¿lo ves? ¿A que tarda mucho en pasar el siguiente minuto? El tiempo avanza tan deprisa como tu quieras, tienes que pararte a disfrutarlo para poder sentirlo y entonces, te darás cuenta de que estás viviendo correctamente, como tú quieres. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo que expreses será bien recibido.